Fernanda nace huérfana a la sombra de un árbol durante el terremoto de San Francisco y los Borel de España deciden adoptarla "sin haber merecido semejante castigo". En Barcelona, Fernanda crecerá como una mujer muy hermosa, vanidosa y fascinada con el agua, siendo entonces pretendida por don Diego a quien ella no da mayores esperanzas. Pero enamorado de ella, cuando la chica amenaza con irse de nuevo a San Francisco, don Diego decide seguirla… y está dispuesto a ofrecerle tantas bañeras como ninguna mujer ha tenido jamás.