Una anciana (May Robson) mantiene correspondencia con su hija, que vive en España, y le hace creer que es una gran dama de la alta sociedad que vive en un lujoso hotel. En realidad, es una alcohólica que vive de la venta ambulante de manzanas. Cuando su hija le anuncia que irá a verla para presentarle a su novio y a su suegro, miembros de una aristocrática familia, la desesperación se apodera de ella.