Charlot, recién salido de prisión, escucha las palabras de un reformador y resiste la tentación de participar en un robo que no ofrecía riesgos. Luego se da cuenta que el predicador tiene malas intenciones por lo que renuncia de improviso a su propósito de enmienda. En el curso de una tropelía una hermosa joven le tienta a volver al buen camino, para lo cual le perdona, le hace arrepentirse y le protege, pero la policía está siempre allí y es mejor no confiarse.