Walter Whitney tiene todo lo que un hombre puede desear, una buena casa, un Rolls Royce, un trabajo como alto ejecutivo, es miembro de un exclusivo club de golf. Sin embargo también tiene problemas, por ejemplo, su esposa Vivian que está más preocupada de su vida social que de su vida sexual, su hijastra Mary Ann, que rechaza reconocerlo como padre, o su suegro Nelson Longhurst, que además es el presidente de la compañía en la que trabaja y que no deja de meterse en sus asuntos domésticos. Sin embargo, estos problemas pasan a ser menores cuando se presenta en su oficina Roger Porter, un joven de color que dice ser su hijo