En 1730 la condesa y sacerdotisa de las vampiras es condenada a morir clavada por una estaca. En 1970 el doctor Brankof descubre el cadáver de la condesa y le inyecta la sangre de una bailarina secuestrada por sus secuaces. Mayra resucita y acuerda a ser inmortal al doctor y a su ayudante gigante a cambio de que la ayuden a vengarse de Santo, último descendiente de quienes la condenaron. Hipnotizan a un luchador contrincante para que lo mate. No obstante Santo lo vence. Mayra se vuelve vampira para atacarlo pero él huye. Un periodista y su novia Paty no creen a Santo que las vampiras existen.