La habitación en silencio y la luz del sol que ilumina dos cuerpos desnudos en la cama es el escenario perfecto para que Ana mate a su marido con la fotografía de la mesita de noche. Adiós, Miguel. No era lo previsto pero las cosas no iban a ser tan fáciles como parecía un par de horas antes. Los niños, la amiga perfecta pero tan pesada, todo al revés en este lado del espejo. Ana hará todo lo posible para que el plan salga perfecto. Simétricamente perfecto. A toda costa.